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¿Por qué no hay leyes que cuiden a los hombres?


Por Eduardo Valdés.



La presente opinión busca cuestionar la razón por la cual no se han generado leyes que procuren la integridad física del hombre, tal como sí las hay para la mujer (véase el ejemplo de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia).

En una charla con un grupo de amigos varones, surgió el tema o el cuestionamiento del porqué no existen derechos que cuiden a los hombres, y que cómo las leyes sólo se centran en la mujer, dejando a este género a un lado. Por lo cual me permití investigar sobre el tema, encontrando lo siguiente:


• En México, los jóvenes entre 16 y 29 años están involucrados en 57 % de los delitos cometidos. Esto se debe a que los jóvenes representan un alto porcentaje de la población mayor de 15 años.


• En Nuevo León, para junio del año en curso se han cometido arriba de 10.191 delitos y contando.


• El 95% de la población del Estado vive en áreas urbanas y el 5% en localidades rurales.


• Los hombres ocupan 91% a diferencia del 9 % que representan las mujeres de los delitos que se cometen. Esta relación entre los jóvenes es de 93.3% y 6.7%, respectivamente, la cual se mantiene en los diferentes grupos de edad, y define el problema de la delincuencia como esencialmente masculino.


• La Vice fiscalía de Ministerio Público reporta que el delito e violencia familiar representa un 57% de los delitos cometidos en Nuevo León.


• El ENVIPE nos señala que, el 58.6% de los delitos ocurridos en el Estado, las víctimas son jóvenes de 18 a 29 años y el 36.1% de quienes cometen un delito, son jóvenes de este rango de edad.



Entonces…


Podríamos empezar a comprender que quienes más cometemos delitos somos los hombres, y ¿hacia quién se cometen estos delitos? Pudiesen ser otros hombres en gran cantidad de peleas, robos, fraudes, etc., pero, ¿qué hay en el caso de la violencia familiar, que es casi el 60% de los delitos? Digo, a menos que sean relaciones de pareja homoparentales, estamos hablando de que los hombres violentamos por default a mujeres, niñas y niños (de nuestra misma familia). Que inclusive en el caso de darse dentro de familias homoparentales seguiríamos viendo a un hombre e mancillando una figura asociada a lo “femenino”.


Ante la ley, anteriormente se cometían delitos (violencia) dentro del hogar y propiamente hacia la familia o la pareja, donde la parte acusada era un hombre pero se tabulaba o se registraba como una disputa familiar, delito que tiene una sentencia menor en comparación a la violencia física por razón de género. No fue sino la constancia, la frecuencia y la abundancia de casos lo que hizo que el ex Presidente Felipe Calderón, en el 2007, generara las garantías, recursos legales, y demás disposiciones para poder hacer que las mujeres accedieran a una vida libre de violencia.



Mi experiencia cometiendo un delito.


Hace años cometí una falta administrativa (manejar bajo influencia del alcohol) lo que me generó una multa de poco más de $14,000 pesos, y me advirtieron que si volvía a suceder, la multa ascendería arriba de $25,000 pesos y me quitarían la licencia de manejar por más de un año. En ese momento me enojé y me propuse no volverlo a hacer, pero contrario a lo que la lógica indicaría, he vuelto a manejar bajo la influencia del alcohol (el cambio lo he dirigido a bajar mi consumo, frecuencia y/o tiempo de diferencia entre el momento en que tomo la última bebida y la hora en la que me dispongo para movilizarme), no obstante, sigue siendo una situación donde me pongo en riesgo y pongo en riesgo a otras personas.



¿Pero todo esto qué?


Creo que existe un desconocimiento del código penal y civil por parte de la población (nadie sabe cuáles son sus derechos, y pocos comprenden la diferencia entre estos y las leyes). No es que tengamos más o menos derechos, lo que sí existe son castigos y sentencias mayores para hombres que cometen delitos hacia una mujer (y no en todos los delitos), porque tal vez así baje la incidencia delictiva (cosa que tampoco se ha reflejado en cifras).


Decía mi abuelita “Dios no le da alas a los alacranes”

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